Diariamente nuestro cuerpo realiza un sinnúmero de procesos
en los que se pierde agua, por lo que la piel tiende a resecarse, además
disminuye la humedad de nuestro organismo, necesaria para funcionar bien.
En condiciones normales y con un adecuado funcionamiento del riñón, una
persona pierde alrededor de 1450 mililitros de agua al día, distribuidos entre
el agua como orina, durante la respiración como vapor de agua, en el sudor y
desde luego dependiendo de las condiciones climáticas y actividad física que se
realice y por la materia fecal. Por lo tanto, es necesario que le ayudemos a
nuestro cuerpo a mantener el equilibrio, compensando esta pérdida tomando no
menos de 2 litros
de agua diariamente.
Hay que tomar en
cuenta que los alimentos sólidos también aportan una cantidad considerable de
agua a nuestro organismo, por lo que finalmente una cantidad adecuada es de 6 a 8 vasos diarios de líquidos
en general general: agua, jugos, leche, sopas, etc.
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